Como cada julio, ya desde el día 1, las mañanas empiezan a
tener un sabor y un olor a Pamplona. Aunque nunca hubieras ido a esa ciudad, la piel y el
cuerpo lo nota como tal; sorprende lo que puede llegar a transmitir y acercarnos a ese encierro desde una
pantalla, haciéndote sentir en sólo una mañana como si hubieras pisado de forma habitual ya las
calles de Santo Domingo y Estafeta.
Desde pequeño, queriendo o sin querer, los San Fermines
llegan muy madrugadores a tu casa por televisión, y como si de un corredor
pamplonica fueras, nervioso y ansioso te hayas de lo que pueda pasar en ese
encierro tan especial como es el de Pamplona.
Esas retransmisiones que parece o quieres que duren toda la
mañana, te hacen transportarte, aunque sea desde la distancia, a esa emoción y esos
minutos en los que correr delante de unos astados se te hacen unos momentos
mágicos e irrepetibles en cada zancada.
De esas sensaciones tan bonitas que desde pequeño te
atrapan y no te dejan perderte ni un encierro año tras año, vienen los juegos
que realizábamos de pequeños en estas fechas.
Todos queríamos emular a esos corredores de encierros como eran (aunque suene vulgar, pero es como se les conocía desde el desconocimiento de un infante) “el de Verde”, “Julen”, “el de la Real Sociedad”,… en
sus emocionantes carreras delante de los soñados toros de Miura. Lo que pasa,
que nosotros lo hacíamos corriendo delante de aquellas temidas bicis de
nuestros hermanos y amigos, que hacían de Toro por las calles de Quijorna y sin
frenar detrás de nosotros para darle más realismo a las envestidas. Intentaban
imitar sobre sus 2 ruedas aquel animal temido, con su manillar como imponentes
cuernos.
San Fermín, sin quererlo nos impregnaba muy adentro, con su
emoción y su aleatoria suerte que era el correr delante de un astado (Toro), un
animal imprevisible y con el que no sabias cómo podía salir ni la mañana ni tu
anhelada carrera delante de él.
Así que, sin ese peligro que entraña el correr los encierros
de San Fermín, queremos seguir jugando a los encierros en Quijorna, delante de
unos simples e indefensos carretones, con los que no dejamos nunca de
ilusionarnos y jugar, si cabe aún más realismo, con un periódico que
repartiremos desde la Asociación a cada corredor, para que pueda citar al Toro-Carretón
y disfrute lo más real posible por nuestras calles.
Esperamos que disfruten al máximo de esas carreras todos los
Padres, Abuelos, hijos, hermanos, sobrinos y amigos, porque nosotros ya lo
estamos haciendo, soñando con las sonrisas y la alegría de los más pequeños en
sus juegos.
Esperamos que disfruten de todo lo organizado con nuestra
máxima ilusión, porque cada año intentamos seguir mejorándolo.
*A continuación, al finalizar el encierro infantil y la
suelta del Toro-Carretón, habrá refrescos fresquitos para todos los pequeños
corredores a la sombra de la pérgola que montaremos en la propia Plaza de Toros
de Juguete.